sábado, octubre 6

Piel y pieles




Autora: Chío
Seattle, WA
Agosto 1997

La piel. Ese órgano que nos ofrece nuestra primera y más primordial información vital y que es el más extenso de todos los sentidos. Esa envoltura elástica que es capaz de estirarse hasta limites insospechados y luego volver (bueno, a veces) a su posición original. Esa compañera de andanzas que nos contiene, nos protege, nos separa y nos marca los límites. Esa que siempre envidié a mi hermana pequeña, porque resulta que ella heredó la de la abuela Rosa, y yo no. Esa que veo cambiar poco a poco en el espejo mientras va marcándome el paso de la vida.

Y aquí en Alaska, el contacto con otras pieles. Pieles que allá lejos, en el mundo "civilizado," jamás hubiese considerado colocar sobre mi cuerpo. Esa otra piel hermana, la piel de los animales. Tan necesaria aqui, tan en el centro de lo que es vivir en contacto con la naturaleza y con una economía mayoritariamente de subsistencia.

Creen los Yup'ik , que cuando un animal se te cruza en el camino es porque se te está ofreciendo. Y lo correcto es ser agradecido, recibir esa ofrenda, y darle caza. Eso sí, para honrar al animal como es debido, se han de aprovechar al máximo todos los recursos que ofrece. Ellos generosamente ofrecen su carne para alimentarnos, y con esa misma generosidad se le ha de ofrecer primero a los ancianos. Ofrecen también sus pieles, que se curten y se trabajan para convertirse en suaves y calientes guantes, gorros, y botas. No se desaprovecha nada, sería una afrenta al animal.

Es fácil entender que la gente del lugar esté en contra de la caza por placer, por "deporte." Esa caza que tanto practica aqui el hombre blanco, el turista que atraído por el "exotismo" de poder cazar un oso con arco en las montañas de Alaska, abandona su presa a pudrirse en el monte, decapitada y deshonrada, mientras parte orgulloso con el "trofeo": una cabeza más que pronto colgará de alguna pared en Tokio, Chicago o Madrid. Nunca me han gustado las cabezas colocadas en las paredes. Aunque al verlas aquí en el pueblo toman otro significado, como tantas otras cosas.

Es imposible ver este mundo a través de ojos "civilizados." Estoy en proceso de recondicionamiento mental para aceptar que algunas de mis verdades y mis valores tendrán que irse a hacer gárgaras durante el tiempo que pase aquí. Como todo, hay un proceso de adaptación que te transforma y nunca sabes quien vas a ser realmente al final de esa transformación.

6 comentarios:

Marinha de Allegue dijo...

Agradecida polas túas palabras no meu espazo, foi unha grata sorpresa poder atoparnos.
A pel é primordial nela reflexanse e recóllense as nosas vivencias, cada arruga, cada mancha etc está por algo.
A pel recolle o noso mapa vital.

Unha aperta grande e un alouminho para ti e para Naim.
*disfruta da túa estancia en Alaska.

irene dijo...

hay algo que por mucho q una procese y cambie, nunca nunca cambia y es tu esencia.... admirada me tienes con todos tus procesos y con esa nueva vision y dimension de las cosas. alaska sin duda toda una experiencia...q bonito y q claro escribes la cosita..

Rocio Ramos Morrison dijo...

Creo que a pesar de la dureza de este proceso-vivencia en alaska, va a ser algo muy importante para ti. Te veo crecer a una mujer mas madura y sabia, que admiro cada dia mas. Este blog es una lindisima manera de que todos nos contagiemos un poquito de todo esto. Gracias por compartirte y por ser mi hermana. Te quiero.

Anónimo dijo...

gracias por el enlace y por la visita... me sorprende lo valiente que has sido aceptando el reto de nuevos "reacondicionamientos" en un lugar tan extremo, pero supongo que nunca dejamos de aprender (lo que nos apetece, claro, no lo que nos mandan en los "cursos de formación")... ánimo, pues

Carlos Valcárcel dijo...

Hoy estuve leyéndote un poco más. Algunas cosas tan importantes que ne han hecho reflexionar, como esa sabiduría de los nativos tienen sobre la caza. Mientras que en la "civilización", es un pasatiempo.
Gracias por comunicarnos tan bellos pensamientos.

Cariátides dijo...

Preciosa experiencia la tuya. Menudo regalo de la vida. A pesar de lo duro que tiene que ser... Estudié Antropología y soy amante de la Naturaleza en estado puro. Me encanta leerte y que compartas una experiencia que se queda fuera del alcance de mi vida.

Me encanta tu manera de narrar, hay un espíritu positivo y dulce detrás de cada palabra y una gran sensibilidad para vivir de manera holística: cuerpo, mente y espíritu. Encontrarme contigo es muy agradable.

Un beso cálido.